Hoy es 30 de septiembre. Ha vuelto a hacer mucho calor y humedad lo que multiplica los mosquitos que se mueren por la piel
blancucha, pero es curioso como el animo moral es un enorme estimulante
físico, porque aunque no hay luz (
paradójicamente si funciona la
conexión satélite a
internet) ni agua desde hace un
día (cuesta mucho dormir sin haberse podido duchar), el tener tantas cosas para pensar y aprender te distrae de cualquier incomodidad.
Ademas, el primer
día por la noche te vuelves loco con todos los bichos. Poco a poco ya ni te los quitas del pelo o la espalda mientras se pasean a millares.

Bueno,se da el caso de que ayer era la huelga general a la que me
jodía bastante no poder asistir. Hasta muy tarde no pude usar el ordenador y solo un ratito para no gastar la
batería. Como se que en los
periódicos grandes la noticia iba a ser que
había poco seguimiento pasara lo que pasara, ley un articulo de mi amigo
Garcia Lujan a ver si encontraba algo de periodismo en lugar de informaciones de partidos o empresas. Lo recomiendo. Pensar desde aquí en el tema de la huelga y en nuestra
situación, me ha hecho reflexionar
profundamente como intento traer a
colación en las siguientes lineas.
Con anterioridad, durante el
día,
había tenido tres encuentros: con los
jóvenes, con la comunidad de madres y con las madres
jóvenes. Unas 7 horas mas o menos de charla distendida y muchas risas compartidas. Al no haber luz (por suerte) no usamos ni canon, ni dibujos o materiales a proyectar. Hicimos unos juegos
esporádicos (
teléfono colectivo, ejercicios
físicos de levantarse colectivamente con los brazos entrelazados, simular una asamblea), alguno que me
recomendó mi amiga
Koldo y otros que se me ocurrieron sobre la marcha y q ellas mezclaron con sus marchosos bailes. El
obetivo era intentar fomentar el
cooperativismo económico ( compartir los costes de su actividad de
superviviencia para crear un fondo de solidaridad
común) a
través de ser tod@s
conscientes del
espíritu cooperativo. Les gustaron mucho los juegos y lo pasamos genial, ni si quiera tengo recuerdo de no hablar su idioma (
wolof) en todo ese rato.
De repente algo paso. Me

fui dando cuenta poco a poco de que ese
espíritu estaba ya
allí, ellas lo
conocían, lo practicaban en muchos
ámbitos, pero sobre todo no
existía en sus vidas el
egoísmo o la competencia cotidiana por ser una mas feliz que las
demás como nos ocurre a nosotros. Es mas, nos ocurre incluso a los que no decidimos nada en el mundo, incluso a las personas de las clases medias que ven como el futuro de sus hijos pinta cada vez mas negro, a cualquiera de nosotros, de nuestros amigos, nuestro
compañeros, nuestra familia incluso a personas que tienen un trabajo precario, o peor aun, a personas que ni siquiera lo tienen y viven una vida que es complicada… Se ve de forma clara como movilizarse por algo en “nuestro mundo” ya solo pasa cuando hay en juego fiestas, dinero, vanidad,
sueños vendidos por
multinacionales o
televisiones, celos… Entonces, me
pareció bien contarles y hablarles un poco de esto, de “nuestra crisis”, nuestra huelga, nuestro “valores”, nuestros no “valores”, que nuestra felicidad depende del color que pintemos nuestra casa, el mueble de
Ikea donde repose la
tele, el viaje siguiente en verano y nuestros malvados controladores, la
votación semanal en un
reality show, el numero de amigos que aparezcan en la pantalla del ordenador… Les intereso
muchísimo el tema, me preguntaron y sobre todo me
sugirieron cosas, entre ellas, su
disposición a acoger a quien quisiera venir desde
allá por si le
podían ayudar a no estar triste, especialmente porque como nunca
tenían dinero, no
sabían que era eso de estar triste cuando se pierde o se vive sin todas esas cosas que se compran con el y nos hacen felices… Tenemos la idea de que aquí hay
muchísimas cosas malas, lo cual en buena parte es cierto, aunque creo que hay que tener muy presente que la
mayoría de esas cosas seguramente se las generamos nosotros. Ello@s tienen malaria y nosotr@s las medicinas que la evitan; nosotr@s tenemos otra enfermedad llamada avaricia,
egoísmo o algo
así, a lo mejor aquí esta la cura…

En definitiva, como lo que esta bien claro es que aquí se aprende
muchísimo y estamos siempre hablando de difundir cosas como la
cooperación, la
economía “social”( hay alguna que no sea social?), el
cooperativismo, la solidaridad colectiva, etc… cuando vuelva a
España y tenga la oportunidad de plantear otro proyecto
así,
presentándonos a una
subvención, buscando fondos privados o ahorrar dinero para ello, creo que tenemos (en plural muy plural) que organizar un proyecto en el cual varias de estas madres senegalesas (o de cualquier parte de
África y muchos otros rincones) vayan a nuestra tierra a darnos un par de cursos de
formación y
sensibilización acerca de las cosas importantes de la vida, la familia, la amistad, la felicidad o la dignidad. Algo
así como
Binta, su padre y su gran idea pero hacia el otro lado. Ojala salga hacia delante la idea y puedan ayudarnos. Seguro que si se dan los motivos y se organiza alguna huelga mas en el futuro, ellas
podrán sernos de gran ayuda.
La gente te comenta cuando viajas sobre los peligros y cuidados que debes tener cuando vas al “tercer mundo”. Esta gente te ensena que lo
verdaderamente peligroso para nuestra vida es no venir nunca y quedarse siempre
allí.

Un bueno beso para toda la gente a la que
extraño, que no es mucha pero abulta.
JUANJO