Otros Goles

Koldo Aldai, koldo@portaldorado.com
ARTAZA (NAVARRA).

ECLESALIA, 12/07/10.- Dicen los comentaristas deportivos que goleó con el corazón, con el alma de todo un país. ¿Quién movió el pie de Iniesta? ¿Solo, el propio delantero, o con el apoyo de los millones de españoles que corrían con él, que insuflaban al futbolista y a su equipo ánimo en su espíritu, fuerza en sus músculos, precisión en sus movimientos? Adquirimos una fuerza impresionante cuando juntos/as apostamos por metas colectivas.

¿Y si nuestros balones volaran más alto? ¿Y si colocáramos más arriba nuestras aspiraciones, nuestras porterías? Hemos de batirnos también en otros campos, sobre otras alfombras, ante otras redes… ¿Y si el sueño de “la roja” fuera más ancho? ¿Y si, tras haber logrado el mundial, ese desbordante caudal de energía colectiva nos siguiera acompañando tras otras metas? ¿Y si la verdadera batalla no fuera contra los de naranja? ¿Y si tuviera más que ver con mejoras globales, con dignificar y elevar la vida en todas sus manifestaciones?

El entusiasmo mantiene vivos a los pueblos, pero un campo de fútbol, por muchas cámaras que se le echen encima, es un espacio muy limitado. La palabra “entusiasmo” viene precisamente de “en-theos”, que significa “lleno de Dios”. Cuando somos “en theos” podemos cumplir imposibles. Vivimos un entusiasmo colectivo que nos ha proporcionado “una roja” campeona, pero dicen que en realidad ese Dios del coraje sin fondo está con nosotros en todos los “choques” que merecen la pena, en todos los desafíos nobles, por difíciles que se manifiesten.

El mundo no cambiará por más balones que se encajen en una u otra portería. Pero todo este “ensayo” del mundial nos ha servido para vivir la experiencia del entusiasmo colectivo. Sudáfrica fue sólo laboratorio. Ahora tocan otros tantos, ahora llegamos a las auténticas finales. Ahora toca gol al hambre, a la explotación, al armamentismo…, cabezazos de muerte a la violencia, a la división, al odio… Ahora toca el “A por ellos” de verdad…, a por la miseria, la enfermedad, el analfabetismo, la degradación de la Tierra… ¿Cuánto mundial aún por jugar? ¿Cuánto gol aún por marcar? El domingo por la noche, los españoles recibimos un hermoso regalo, pero todos merecemos un trozo de gloria, el gozo de constatar que nuestro equipo, por nombre Humanidad, también progresa. Todos somos seguidores de ese gran Club de 6.000 millones de socios. Medien o no brillantes patadas, todos merecemos alzar una copa de victoria.

La dignidad antecede a la gloria. Todos sin exclusión alguna la meritamos, dignidad de todos los niños de la tierra que bien de mañana cogen cuadernos y libros y marchan hacia una pizarra, la dignidad de todas las mujeres de todas las latitudes por fin respetadas y honradas; de todos trabajadores y trabajadoras recompensados con justicia en su tajo; la dignidad de todos los hogares con un pan en su mesa; la dignidad de todos los seres, de todos los pueblos por fin considerados, por fin libres… He ahí sólo algunos goles que nos aguardan.
Mantener el ardor colectivo nos permite atender otros retos. El Dios de la vida y el entusiasmo, el Dios de la fuerza y la bondad infinitas, “que los hombres distintos llamamos con distintos nombres” (Lanza de Vasto), siempre está con nosotros, cuando nuestros balones cobran altura y nuestras porterías también se elevan.

Reciclemos pues ese coraje grupal. Vayamos juntos a por otros goles. Vayamos a por una gloria que vista todos los colores, que campe en todas las geografías; una gloria que no se acabe en una orgía de cuestionable gusto en las céntrica fuentes de unas ciudades eventualmente dichosas; gloria que perdure, gloria eterna de todos los hombres y mujeres de la tierra compartiendo y cooperando, viviendo en auténtica paz, en genuina fraternidad.

Ficción de deporte y cerveza a granel, cuando la realidad permita todo el juego, cuando la explotación y el horror sean derrotados. Mientras tanto, no decaiga la ilusión, no nos abandone el entusiasmo. ¡Juntos podemos! Ese Dios sin nombre, ese Dios con todos los nombres, afina nuestro tiro ante las mentadas y urgentes porterías. Hay camisetas para todos. Sudemos batallas verdaderas, penaltys que harán historia. Saltemos juntos a la causa común, al campo ineludible, mañana puede ser demasiado tarde.

ISSN: 1579-6345
ecleSALia 12 de julio de 2010
(Eclesalia Informativo autoriza y recomienda la difusión de sus artículos, indicando su procedencia).

FIARE BANCA ÉTICA. Tomando el control de nuestro dinero

ECLESALIA, 09/07/10.- Nos gustaría empezar este artículo con un grito de alegría no exento de cierto amargor, ¡teníamos razón!
El sistema financiero existente hasta la fecha basado solamente en parámetros de crecimiento de balances, rentabilidad económica y beneficios exponenciales, no era coherente con la propia esencia de las personas, ni con un entorno de ciudadanos en el que nuestros actos tienen repercusiones sobre muchas otras personas cerca (y cada vez más lejos gracias a la globalización).
Al final el sistema económico-financiero ha hecho aguas. Ahora estamos intentando solucionarlo con parches temporales (inyecciones de dinero en bancos, inversión públicas, subsidios incontrolados) con la esperanza que todo vuelva a su cauce poco a poco, confiando de nuevo sólo en la lógica del mercado. Pero la solución no puede estar en la misma causa del problema; hay algo que chirría fuerte en este razonamiento.
Esto nos debería llevar a volver a tomar el control sobre nuestras decisiones financieras, ser responsables no solo en nuestro consumo de productos tangibles: comercio justo y consumo ecológico, sino también en nuestro consumo de productos financieros. Solo de esta forma, tomando el control de nuestras decisiones, tomaremos el control de la economía y podremos encontrar un sistema económico nuevo que soslaye los inconvenientes del capitalismo de libre mercado.
Este razonamiento se sustenta no solo desde un punto de vista racional y de propuesta ideológica, sino también desde un punto de vista moral. Desde una moral cristiana en el que el mensaje de la justicia social impregna el Evangelio (“Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia porque ellos serán saciados”), debemos plantearnos cómo conseguir esa transformación para alcanzar la justicia social. Insistamos, no solo es una necesidad racional producto del desenlace de esta crisis, también es una necesidad moral que deberíamos asumir los cristianos, ahora más que nunca.
Si buscamos la construcción del Reino en este mundo hay que empezar por aquellas cosas que están a nuestro alcance, qué consumimos, a quién apoyamos y dónde invertimos nuestro dinero.
Sería pretencioso pretender tener la solución para esta crisis desde esta tribuna. Lo que si podemos afirmar es que conocemos, y ya existen, algunos instrumentos para salir del círculo del consumismo en el que estábamos y aplicar una visión cristiana y coherente con la construcción del Reino que los cristianos perseguimos. Tomemos las riendas de nuestras finanzas. Construyamos un mundo más justo también con nuestro dinero.
Se trata, en definitiva, poner en sintonía nuestro dinero y nuestro corazón y aplicar al uso del dinero los criterios que aplicamos a otras cosas que hacemos en nuestra vida cotidiana. En nuestro quehacer diario intentamos construir una sociedad más justa junto con las personas de nuestro alrededor, y nos implicamos en organizaciones e iniciativas que ya funcionan, o las creamos si es necesario. ¿Por qué entonces no nos vamos a plantear que el dinero que ahorramos o que depositamos en entidades financieras se utilice para apoyar estas iniciativas y organizaciones? Y, si no existe esa alternativa, intentemos crearla.
Una alternativa hoy en día son las Entidades Financieras Éticas. Bancos que cumpliendo con todos los requisitos legales y de solvencia, al igual que los demás bancos y cajas de ahorros, tienen como base de su funcionamiento un uso ético y responsable del dinero que sus clientes.
De esta forma se cumple el doble objetivo de: 1) dar una alternativa a aquellos ahorradores o simplemente clientes de entidades financieras que queremos que nuestro dinero sea utilizado para financiar empresas y actividades que promuevan la justicia social o el necesario desarrollo de los países del Sur, y que sean respetuosas con el medio ambiente; y 2) financiar exclusivamente actividades que generen un valor social para nuestro entorno, ya sea desde la mejora del medio ambiente, un comercio más justo o la mejora de las condiciones de los más necesitados cerca de nosotros o en países lejanos.
Es la vuelta a la esencia de la Banca, recoger el dinero de los ahorradores, remunerarlo, y prestar ese dinero con un diferencial de interés que genere una liquidez suficiente para mantener la actividad. Tan sencillo… ¡y a veces lo complican tanto!
Desde FIARE Banca Ética se cumplen estas premisas aportando una alternativa seria para aquellas familias y entidades que quieren conocer dónde depositan su dinero, a qué actividades se va a prestar y que sólo van a ser actividades que buscan avanzar en la transformación social. Toda decisión de financiación pasa el doble control de una comisión de riesgos (control económico-financiero) y una comisión de evaluación ético-social (control ético). Además, todas las financiaciones aprobadas se publican en las memorias y en la página de web, como uno de los elementos de transparencia de la entidad.
FIARE Banca Ética incorpora además algunos elementos que completan la opción de toma de control por parte de las personas de sus decisiones financieras: el trabajo en red y la organización democrática. FIARE Banca Ética está promovida actualmente por más de 300 entidades sociales de casi toda España, entidades que están trabajando día a día por construir alternativas sociales, tejiendo redes densas. Son estas entidades, junto a muchas personas, quienes están participando como socios del proyecto FIARE Banca Ética (ya somos más de 1.000 personas y entidades las que han aportado capital social, y esperamos crecer bastante más). Esto aporta un valor añadido, al ser los propios actores los que toman las decisiones sobre cómo quieren construir y organizar esta entidad, tomando las decisiones democráticamente con la participación de todos los socios. Este es un instrumento más, para la toma de control sobre nuestras decisiones, tal y como comentábamos al principio.
De esta forma, con una pequeña aportación al capital de la entidad (desde 300 € las personas físicas y 600 € las entidades no lucrativas) se consigue formar parte del proyecto, pudiendo participar en la toma de decisiones. También se puede apoyar el proyecto haciéndose cliente, tanto invirtiendo los ahorros con plena seguridad, como demandando financiación. Por cierto, la entidad no tiene morosidad y tiene amplia disponibilidad de capital para prestar, dos elementos más, derivados de una gestión responsable, y excepcionales en el momento actual del mercado.
Existen otras alternativas en la banca ética en España como Triodos, pero es la dimensión participativa en las decisiones y gestión, y de trabajo en RED de FIARE Banca Ética lo que acerca más el proyecto FIARE a los valores y conceptos que hemos expuesto en este artículo.
En definitiva FIARE Banca Ética es una entidad que funciona con criterios éticos y que busca la transformación social en función de la justicia, en armonía con los valores cristianos que promovemos los seguidores de Jesús.
Os invitamos a conocer más de este proyecto en www.proyectofiare.com donde podéis ver los puntos de contacto para poder haceros clientes (depositando dinero o solicitando financiación), o información de cómo haceros socios a través de las asociaciones territoriales que canalizan la participación social. También se puede contactar en el correo info@proyectofiare.com (oficina principal, en Bilbao) y en los correos de las asociaciones territoriales (por ejemplo, fiarezc@proyectofiare.com Asociación Fiare Zona Centro, en Madrid y Castilla-La Mancha). (Eclesalia Informativo autoriza y recomienda la difusión de sus artículos, indicando su procedencia).