Hoy es el Día de la Memoria del Holocausto. Es un momento para recordar a personas como Etty Hillesum, el "corazón pensante de los barracones", como se llamó a sí misma. La experiencia de solidaridad en medio de la catástrofe convierte su escritura en uno de los testimonios con los que el siglo XXI debe construir la comprensión de la ética, la política y la historia. El lector interesado haría bien en acercarse a la reciente edición de sus diarios Una vida conmocionada Diario 1941-1943 (Anthropos, 2007)
Etty Hillesum fue una persona que eligió voluntariamente la deportación, una judía que se solidariza con los demás perseguidos. La singularidad de su testimonio radica en su valor humano, ético y trascendental.
En todos sus textos puede percibirse la afirmación indefectible de la vida: «Me doy cuenta dice, que dondequiera que haya seres humanos, hay vida». Desde el convoy de la muerte y el exterminio que la lleva a Auschwitz con toda su familia y 938 personas más, arroja una tarjeta-postal con estas palabras: «Vosotros me esperaréis, ¿verdad?». Ésta es, pues, la labor del lector, quien a través de estos textos recobra la memoria y el testimonio de su vida, tan patente en su palabra. Ella nos abre constantemente una esperanza en las cegueras de la historia.
Veo que Vds. ofrecen referencias con frecuencia a autores judíos. Me parece bien porque han sido para muchos de nosotros pensadores olvidades o desconocidos. Mi pregunta es :
ResponderEliminar¿Qué interés puede tener esa aportación para el pensamiento actual?
¿Podrían ayudar en un diálogo fe y cultura?
¿Nos aportarían algo nuevo?