"La apariencia de la pérdida no equivale a la pérdida, puede valer incluso como lo contrario de la pérdida. Pues el recuerdo indeleble cuyo acceso no encontramos, el recuerdo olvidado mientras es recuerdo, ¿acaso no sería un recuerdo intacto, al abrigo y reservado, al que la misma retirada daría como una frescura inalterable? ¿No sería el recuerdo olvidado el recuerdo más prometedor, el más rico en porvenir? [...] sería menester que la memoria fuese olvidadiza para poder ser memoria, y el olvido en ella constituiría aquello que la preserva y lo más vivo de su poder. [...] Los recuerdos podrían tener un porvenir que no sólo sería el de regresar".
Jean-Louis Chrétien (Lo inolvidable y lo inesperado, Sígueme, Salamanca, p. 60)
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