La razón de los vencidos es un libro del filósofo Reyes Mate publicado en 1991. Se trata de una obra de referencia para pensar la relación entre Ilustración y religión, así como la comprensión de la historia desde la experiencia concreta del sufrimiento. Cuando el libro se difundió, la cuestión de las víctimas y la justicia de la memoria no eran temas de la agenda política ni del debate público. Hoy el panorama ha cambiado. El libro de Reyes Mate contiene claves de gran actualidad en ese sentido. Entre ellas, la propuesta de un modo nuevo de pensar la ética y la subjetividad moral. En la página setenta de su primera edición, la resume con un muy buen ejemplo. Trascribimos a continuación el fragmento. Es un texto sobre el que merece la pena meditar:
"Un ciego [...] no consigue retener a su amante, bailarina ella. El autor comentaba la lógica reacción de su protagonista desde su propia experiencia de invidente. Si ella, bailarina, tiene el cuerpo y el movimiento como medio de expresión, se comprende que no pueda tener comunicación con un invidente. Ella existe a través del movimiento y si el otro no la ve es como si no existiera. La intersubjetividad del reconocimiento, entendido éste como necesidad del otro para ser cofirmado en la existencia, nada tiene que objetar a que la bailarina abandone al ciego, es decir, se desinterese por quien no puede cumplir el papel del reconocimiento. Para que la bailarina se quedara sería necesario cambiar las tornas y entender la intersubjetividad desde el punto de vista del otro, del invidente: el ciego no se va porque sí se comunica con la bailarina; a través del tacto, del olor o del sonido consigue captar su presencia. No pide que la otra se haga ciega como él. Ahí está la diferencia: el ciego reconoce al otro porque reconoce los límites de su comunicación, mientras que la vidente piensa que la visión es el medio de comunicación universal, de ahí que carecer de visión es como estar privado de humanidad. Si pasamos de la anécdota a la categoría, tendríamos el siguiente resultado: a) la intersubjetividad hay que plantearla desde la asimetría porque ésa es la realidad; b) si privilegiamos el punto de vista del poderoso (llámese amo o vidente) no hay reconocimiento posible del otro ni, por tanto, universalidad posible; el otro, en su imperfección, sólo puede ser considerado o como confirmación de mi posición o como un estadio inferior de un estadio superior que yo represento; c) sólo hay reconocimiento y, por tanto, universalidad si planteo la intersubjetividad desde el punto de vista del otro (el siervo o el ciego). Ese otro en su debilidad desvela mi prepotencia; su humanización es el principio de mi humanización porque la realización de la suya supone la superación de mi situación actual."
(Reyes Mate, La razón de los vencidos, Anthropos, 1991, p. 70)
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